lunes, 4 de abril de 2011

Salir al balcón, encender la tv, leer, tomar té... y otra vez salir al balcón

Ahora no se más que buscar... TE. 

El viernes terminé tu botellita, y no pudimos más dormir, cosas extrañas pasan en esta casa, hasta en esta "editorial de botellitas" escribimos a una hora y se publica con otra,  algo extraño pasa en esta casa.
Quisiera hablarte de cosas estupendas, malavillosas y llenas de luz... sólo que no las encuentro.
Tal vez mañana te ponga esas fotografías que hoy pedí  que Troskka me hiciera para mostrarte, tal vez mañana te hable del cinturón de seguridad, del concierto y lo gigantezco del teatro, tal vez mañana pueda describirte el dulce olor de mi gardenita.
Hoy sólo se que no podemos dormir sin ti. Que lo hemos intentado, pero la noche se termina, el lucero aparece, esta bomba que sube los chorritos de agua se plende y se apaga (y no se cansa de hacer buuuuuummmmm, buuuuuummm, pom)  y cambia el horario y de nuevo otra noche dónde la luna se sube altísima salimos a verla al balcón, volvemos a cama, encendemos la televisión, revisamos el correo, encendemos la televisión, salimos al balcón, tomamos té o café y el sueño que repara y abraza no llega.

Galería Batóri´10

Lo siento te prometí escribir cosas lindas pero no las encuentro, además mi corazón sabe que no te asomas a mis botellitas,que las dejarás flotar hasta que tú y la mamá resuelvan no sé que tanto y aprendan no sé que más, hasta que... ¡maldita sea!                       ¡sepan si pueden-quieren quererse! Y por eso te contaré lo otro, porque se que muchas lunas pasarán  antes de que leas cómo anda mi mar de botellas  y rollitos. Sólo por eso se decirte que mañana, digo ayer, casi te llamamos al celular, la luna estaba altísima teníamos muchas horas sin dormir, y seguíamos extlañandóte y vi como la mamá se empujaba las manos hacia tu número, bebió algo de vino güero y se quedo dormida, ya lo sabes no llamamos.
Campaña "cuidemos a nuestros niños"


Respetamos el hueco para crecer y le faltamos al deseo de oírte,  tal vez mañana te cuente del cinturón de seguridad, tal vez mañana te cuente  de lo enolme y gigantezco que es el teatro, tal vez mañana te cuente de cómo al abrir la puerta el dulce olor de mi gardenita me saluda con gusto, tal vez mañana te cuente... hoy no puedo.

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